Los microorganismos conviven con nosotros a diario y son de gran interés en el campo clínico, la investigación, la tecnología y la industria. Es así que los microorganismos también participan activamente en la fiesta de Navidad cumpliendo un papel que detallaremos a continuación.

Empecemos por la cena, uno de los platillos más comunes para la cena de Navidad es el pavo navideño, los cuales antes de llegar a nuestra mesa tienen que pasar por un estricto control sanitario para evitar la contaminación por Salmonella spp, un patógeno que se puede encontrar en varios alimentos, como en las carnes de pollo, res, cerdo, en huevos, frutas, vegetales, y hasta en los alimentos procesados. Sin embargo, existen otros microorganismos que pueden causar una enfermedad a través de un alimento contaminado, como por ejemplo Escherichia coli y Listeria monocytogenes, que son de los principales patógenos que también pueden dejar un mal recuerdo de las cenas navideñas. 

Los síntomas más comunes de las enfermedades transmitidas por los alimentos son náuseas, vómitos, cólicos estomacales y diarrea. No obstante, existe un porcentaje de personas que llamamos población de riesgo, este grupo puede contraer una infección y enfermarse gravemente por comer un alimento contaminado como son las personas inmunocomprometidas, adultos mayores y las embarazadas. Para evitar una enfermedad por alimentos contaminados, es importante seguir siempre las medidas de higiene necesarias al preparar los alimentos. 

Ahora bien, también existen microorganismos “buenos” que ayudan a obtener los infaltables de la cena de Navidad, por ejemplo, las bebidas alcohólicas como el vino, cerveza, la sidra y el Champagne, bebidas que son fermentadas por microorganismos, como Saccharomyces cerevisiae, una levadura utilizada industrialmente en la fabricación de cerveza y vino, que al fermentar azúcares produce alcohol.   

De igual modo si queremos disfrutar de un pan o pastel durante la cena navideña, necesitamos de levaduras, estos microorganismos cumplen una función muy importante ya que son los encargados de fermentar el azúcar presente en la harina, dando como resultado etanol y CO2, los dos productos obtenidos de la fermentación son los que le otorgan la estructura esponjosa, suave y el sabor característico del pan. 

Para tomar un rico chocolate y calentarnos al rededor del árbol de Navidad o comer un pastel de chocolate, requerimos de microorganismos, pues para poder disfrutar del chocolate, previamente las semillas del cacao deben fermentarse y para que esta transformación se lleve acabo necesitamos de levaduras y hongos que hacen posible la fermentación del cacao para eliminar la pulpa, evitar que germinen los granos e iniciar las reacciones bioquímicas que formaran los precursores del sabor a chocolate. 

Ahora bien, no solo los microorganismos están presentes en la cena navideña, por ejemplo, sabes ¿Qué comen los renos del trineo de Santa o los camellos de los reyes magos?

En la tundra helada, los renos se alimentan de líquenes, sobre todo del llamado “liquen de los renos” que abunda en el polo norte y gracias a ellos, estos animales consiguen sobrevivir en la zona ártica. Este liquen en realidad es el microorganismo Cladonia rangiferina, un liquen fruticoso de color claro que pertenece al reino fungi. Los líquenes son el resultado de la simbiosis entre un hongo y una alga o a veces una cianobacteria. 

Los camellos de los Reyes Magos comen plantas duras y espinosas del desierto que otros animales no pueden comer, gracias a la microbiota rumial, que contiene bacterias y hongos, cuya principal función es la de digerir el alimento. Estos microorganismos ayudan a los camellos a obtener todos los nutrientes posibles a partir de alimentos con baja calidad nutritiva y difíciles de digerir. 

Hasta ahora logramos observar que los microorganismos también están presentes en el lado mágico de la Navidad desempeñando papeles importantes.  Sin embargo, no todo en la Navidad es alegría, así como hay microorganismos “malos y buenos” que repercuten de cierto modo en la cena de Navidad, también tenemos microrganismos que tal vez desearíamos se convirtieran en el fantasma de la navidad pasada, como es el caso de los virus causantes de las gripes estacionales. 

Hay cuatro tipos de virus de la gripe estacional: A, B, C y D. Los causantes de las enfermedades de mayor gravedad son los de tipo A. Los virus de la gripe A se clasifican en subtipos en función de las combinaciones de dos proteínas presentes en su superficie: la hemaglutinina (HA) y la neuraminidasa (NA). Los subtipos actualmente circulantes en el ser humano son el A(H1N1) y el A(H3N2), afortunadamente con esquemas de vacunación podemos prevenir los síntomas graves de la enfermedad. 

También tenemos que mencionar al virus del Covid-19, otro virus que nos ha hecho pasar momentos no gratos en pasadas épocas navideñas, así que es muy importante seguir con las medidas de prevención y tener los esquemas de vacunación completos para poder disfrutar de estas fechas sanos y en compañía de nuestros seres queridos.  

Como vimos los microorganismos se hacen presentes en la Navidad de diferentes maneras y muchos de ellos tienen gran importancia en la vida diaria, en TAAG Genetics contamos con diferentes kits para la identificación de microorganismos según tus necesidades; estos kits están previstos para su uso en cualquier laboratorio y vienen en formato listo para usar, lo que permite su implementación en laboratorios de alta o baja complejidad, sin la necesidad de preparar reactivos o de contar con personal altamente capacitado. Conoce más sobre las soluciones que desarrollamos para la industria en https://taag-genetics.com/mx/industry-products y también para ver los servicios del laboratorio clínico que manejamos en https://taag-genetics.com/mx/clinical-services.